
Un periodo de decepción se produce de forma inevitable en una historia de amor que evoluciona más allá del enamoramiento. El desencanto se materializa tras las altas expectativas y la idealización que pone el acento en tres aspectos: la otra persona, la realidad y el propio vínculo.
Sin embargo, cuando comienza la etapa de decepción, ese alguien que parecía tan perfecto se descubre en su perspectiva más verdadera. Este punto de inflexión puede suponer una crisis. De hecho, algunas relaciones se rompen en este momento. Llegan a la conclusión de que la historia ha finalizado.
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